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Enrique Urquijo y Los Problemas: la nostalgia del Madrid de los noventa

Este 2023 se cumplen 30 años de la grabación y lanzamiento del primer disco de Enrique Urquijo y Los Problemas, gran fuente de inspiración para el rock patrio

IVÁN GONZÁLEZ | (@ejercitosdelrock)

A principios de los noventa, el Laidy Pepa Café Teatro era el lugar al que acudir para terminar la noche y poder recuperar fuerzas con un buen plato de espaguetis a las 6 de la mañana. El local tenía cierto aire clandestino y tenías que llamar para que te abriesen y permitieran acceder al restaurante. Una cueva donde compartir los últimos tragos, aplacar el alcohol en el estómago y cantar con el resto de insomnes.

Era un lugar muy habitual de los músicos que se movían por Madrid en aquella época y con suerte podías terminar la noche de gloria compartiendo mesa y cantando con Antonio Flores, Antonio Vega, algún Rodríguez o incluso con Sabina y Enrique Urquijo mientras intercambiaban letras de futuras canciones en servilletas de papel.

En aquel tiempo y de la mano de Enrique Urquijo, Los Secretos habían virado hacía el country rock y lo fronterizo con el disco El Primer Cruce (Twins, 1986), algo poco habitual en la escena musical del momento, y en cierta manera habían continuado en esa senda. Así, en el disco Adiós Tristeza (Twins, 1991) incluyeron la arrancherada ‘Ojos de Gata’ y ‘No Me Olvidé de Ti’ del mexicano Marcelo Salazar.

Sin miramientos, Urquijo huía de lo comercial, de los grandes conciertos, de la fama, de los focos y probablemente de sí mismo y se aferraba a las rancheras, a la noche de Madrid, al Laidy Pepa y a las malas compañías, sin duda el origen de sus Problemas.

De esta forma y de la mano de Iñaki Conejero, con el que mantenía amistad a pesar de su abrupta expulsión como bajista de Los Secretos, se empezó a fraguar una nueva banda para tocar rancheras en pequeños bares de Madrid y en formato acústico. Las primeras actuaciones tuvieron lugar bajo el nombre de Los Rancheros, en el conocido Ambigú de la calle Leganitos, pero pronto empezaron a tocar con el nombre de Enrique Urquijo y Los Problemas en la Sala Maravillas de Malasaña, de la que Enrique era socio.

El nombre venía que ni pintado. Urquijo vivía con su hermano Álvaro y éste estaba enemistado con Iñaki Conejero, además de preocupado por la vida que llevaba su hermano y por su creciente obsesión con la nueva banda. Y, como no, los problemas no tardaron en llegar al generarse un conflicto por las prioridades en el desarrollo de ambas bandas. Los Secretos iban a grabar su último disco y el mediano de los Urquijo quería poner por delante la grabación del disco de su nueva formación, algo que se dilucidó por mediación de la discográfica, aunque el conflicto llevó a que Cambio de Planes (DRO, 1993) fuese el disco de Los Secretos con menor intervención de su líder.

A continuación, se llevó a cabo la grabación del disco homónimo Enrique Urquijo y Los Problemas (DRO, 1993), una grabación caótica, con una gran falta de planificación, sesiones improvisadas que empezaban por la tarde noche y terminaban de madrugada y a las que en ocasiones Enrique acudía cuando ya todos se habían marchado.

Las grabaciones eran en acústico y con la banda en directo, que en aquellos tiempos estaba formada por Iñaki Conejero (bajo y percusión), Begoña Larrañaga (acordeón), Ramón Arroyo (guitarras), Fermín Aldaz (violín) y su amigo de la infancia Pedro López (mandolinas), al que reclutó inicialmente para tocar el violín y que provenía de la misma banda de bluegrass que Ramón Arroyo, Foiegrass.

El disco comienza con una ranchera de José Alfredo Jiménez, ‘Mundo Raro’ e incluye un segundo clásico de su querido México: ‘Se Me Hizo Fácil’ de Agustín Lara. También convertida en ranchera aparece ‘El Primer Cruce’, una canción compuesta por Enrique Urquijo para hacer frente a las dificultades que planteaban a la relación, la familia de su novia de entonces, Eloísa, uno de los amores que más huella le dejaron y que fue previamente publicada en un tono más rock en el disco del mismo nombre que inició su nueva deriva musical. Otras canciones del repertorio de Los Secretos que aparecen revisitadas en este disco son ‘Buena Chica’, ‘Volver a Ser un Niño’ o la improvisada y grabada en una sola toma, ‘Hoy No’.

También aparecen versiones de canciones de bandas míticas del pop rock español de los ochenta, traídas a su estilo propio. Desde ‘Atrás’, una canción de Antonio Vega, grabada en su época de Nacha Pop, a ‘Hospital’, de Alaska y Los Pegamoides o ‘Historia de Playback’ de Radio Futura.

Se incluye una versión de ‘Sábado en la Noche’ de Moris, que fue grabada para echarle una mano y ayudarle a volver a Argentina en una mala racha, cosa que hicieron posible gracias a los anticipos de los derechos de autor de la misma.

Como en casi todos sus discos, hay una canción del incombustible y talentoso José María Granados, excomponente de Mama y Los Frenillos, entre otras bandas. Como curiosidad, ‘Corazones de Cartón’ aparece en los créditos firmada por error por Enrique Urquijo.

Lo más anecdótico del disco es la canción ’No Lo Sé’, que, con música del propio Enrique, aparece en los créditos como “inspirada en una letra de Manolo Tena”. El propio Tena, apareció durante la grabación y presentó el inicio de una letra para hacer una canción. Todo quedó en el aire y finalmente se hicieron dos canciones basadas en el mismo comienzo y sin conocimiento de ninguna de las partes. La versión de Manolo Tena es ‘Que Te Pasa’ que apareció en su disco Sangre Española (Epic Records, 1992) y que fue un gran éxito.

El diseño de la portada fue llevado a cabo por Almudena, la novia y madre de su hija que con dibujos infantiles representa al propio Enrique colgado de la luna.

No fue un gran éxito en su momento, ni lo pretendían. Se vendieron apenas 15.000 unidades y la banda se fue deshaciendo, aunque Enrique continuó disfrutando del proyecto. De hecho, grabaron un segundo disco en 1998, donde participó su idolatrado Jackson Browne y siguieron tocando en la noche madrileña, en la sala Galileo Galilei y en el Rincón del Arte de Nuevo, donde conoció a Quique González. También fueron muy habituales del Honky Tonk, dónde volvió a encontrarse con Eloísa 15 años después, momento al que dedicó la última canción que compuso para la banda y que pretendía ser el inicio de su tercer disco: ‘Hoy la Vi’.

Volver a escuchar este disco después de tanto tiempo es algo parecido a ese encuentro. Después de ver como aparece una sonrisa en tu cara y de sentir como te brillan los ojos, te invade una extraña sensación en el estómago porque, como dice la canción, “la nostalgia y la tristeza suelen coincidir”.