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THE LEMON TWIGS: «CAMINAMOS CON LA MELODÍA EN LA CABEZA»

El dúo formado por los hermanos D’Addario arrancará una nueva y extensa gira por España a finales de junio

 

MARÍA CANET

Ser una estrella del rock es algo para lo que Brian y Michael D’Addario (Long Island, 1997 y 1998 respectivamente) llevan preparándose desde que nacieron: “nuestro padre nos ponía a The Dave Clark Five, The Kinks, Jan and Dean, The Beach Boys, The Beatles o The Animals. Teníamos instrumentos para niños; uno de nosotros cogía la guitarra, otro el bajo y fingíamos ser parte de esas bandas. Ese es nuestro primero recuerdo musical”, confiesan al otro lado de la pantalla. La melena setentera de Brian y las gafas de sol que luce Michael en el interior de su domicilio, confirman lo que la distancia no impide apreciar: The Lemon Twigs son un perfecto anacronismo musical. Más allá de su cuidada estética, estos veinteañeros han triunfado con una apuesta por el sonido analógico, pegadizos riffs de guitarra y armonías vocales que abarcan desde el doo wop de los cincuenta al power pop, en tiempos donde el autotune y los ritmos urbanos lideran el mercado.

«Nuestro padre nos grababa tocando de pequeños. Jugábamos a ser parte de los Beatles, los Animals o los Kinks”

Los Lemon Twigs comenzaron su andadura profesional en 2014. En 2016, cuando la pubertad aún no les había abandonado, publicaron su primer trabajo Do Hollywood (4AD Ltd). Desde entonces, se han erigido como los alumnos más aventajados de las décadas doradas del pop rock (los sesenta y los setenta) dentro de una escena que completan proyectos como Foxygen, Weyes Blood, Pearl Charles o Michael Rault. Cuando Brian apenas tenía cinco años, su padre, Ronnie, le enseñó a “tocar la batería. Luego, a los siete, empezó a enseñarme cosas con la guitarra”, narra mientras su hermano asiente. Ambos son multinstrumentistas y la composición de canciones constituyó el principal juego de su infancia: “Brian empezó a componer canciones desde muy pequeño. Nuestro padre nos grababa tocando… es bonito tener documentada aquella época”, recuerda Michael.

Si su particular escuela ha sido la melodía pop, Carole King, Brian Wilson, los Zombies o los Beatles son sus grandes maestros: “tratamos de caminar con la melodía en la cabeza. Tener ideas, acordes, pero liberarnos de las convenciones”, señalan. Muchas de sus armonías nacen de “ideas que surgen jugando con la voz”, apunta Brian, para luego terminar de esbozarse a la guitarra o al piano. Cada uno de estos instrumentos aporta, inciden, “un tono distinto a la canción. Creo que Brian compone mucho al piano, y eso tiene mucho que ver con la complejidad y el alcance de algunas de las melodías”, analiza Michael. Si las teclas logran aportar un sonido más sofisticado, “nuevo y fresco”, la guitarra es la zona de confort que les permite “regresar a lo tradicional”. La forma de grabar, con cintas analógicas, juega un papel decisivo en su sonoridad, retro pero fresca a la vez: “hay algo indulgente en las cintas que permite enmascarar problemas con el tono o cosas así. Es esencial para nuestra música. No tienes que jugar con ella para que suene bien. Sin una buena calidad de grabación, ya estás en desventaja. La calidez del analógico atrae más al oyente”, añade Michael.

Sus dinámicas de trabajo, apuntan, cambian “con cada álbum. Al principio trabajábamos por separado: Michael grababa todos los instrumentos de sus canciones, yo de las mías. Pero, ahora, desarrollamos todo el proceso en la misma habitación, cantamos en las canciones del otro… Cada vez trabajamos mejor juntos y estamos más abiertos a incorporar a más gente en el proceso”, apunta Brian. De hecho, Sean Lennon, hijo de John Lennon, ha sido uno de sus recientes colaboradores al coproducir ‘In the eyes of a girl’, perteneciente a su último disco: “estuvimos en su estudio unos cinco días. Fue muy fácil trabajar con él porque es muy tranquilo. No es nada egoísta y resultó muy fácil dejar que las cosas sucedieran de una manera natural. Tiene un gran estudio y grandes ingenieros con los que estábamos trabajando también. Así que nos ayudó a terminar esa canción, y fue genial”.

Su último trabajo hasta la fecha, A dream is all we know (Captured Tracks, 2024), es un perfecto resumen de la historia de la música popular: “desde antes de 1968 a finales de los setenta”, admiten entre carcajadas. Si ‘How can i love her more’ bebe del tándem Carole King Gerry Goffin, ‘Ember Days’ remite a Burt Bacharat. El festín pop alcanza su cénit en ‘Sweet Vibrations’, bajo el influjo de los Beach Boys, o ‘My Golden years’, una luminosa pieza de melancolía anticipada cuya melodía desprende esa agridulce sensación de fugacidad y crea un contraste recurrente en su obra: “tienden a ser temas positivos porque creo que soy más del tipo de persona que ve el vaso medio lleno. Cuando escribí la canción sentía verdadera esperanza y positividad, así que intenté expresarlo de alguna manera. Intentaba describir con palabras el sentimiento de la melodía”, confiesa Brian. La experimentación psicodélica próxima a los Beatles del Rubber Soul se percibe en ‘They don’t know how to fall in a place’ o ‘Peppermint roses’, que evoca el confuso despertar de una pesadilla: “es un tema que habla de gente que estaba un poco perdida y deambulan por la vida sin una dirección, de ahí ese arreglo con un sonido chicloso”, explican. ‘Church bells’ pasó de ser originalmente un corte folk rock a un canon barroco, “casi medieval”, precisa Michael, mientras que ‘If you and i are not wise’ remite sin pestañear a los Byrds de Gram Parsons.

«En España hemos recibido una respuesta mucho más entusiasta que en otros sitios”

Con la vista ya puesta en su próximo álbum —“escribimos todo el tiempo así que siempre solemos tener bastante material que recopilamos a lo largo de los años. Ahora mismo tendremos una 20/25 canciones. También tenemos la suerte de contar con nuestro propio estudio, así que nos lleva como máximo un día grabar una canción, aunque luego la mezcla y las voces tardan más” — The Lemon Twigs están a punto de embarcarse en una nueva gira por nuestro país.

Tras el éxito de sus dos recientes primeras visitas durante la primavera e invierno de 2024, Brian y Michael preparan los nuevos conciertos con entusiasmo: “llevamos tres meses sin tocar, así que estamos hambrientos de escenario. Siempre habíamos escuchado que España era un lugar fantástico para tocar rock y, especialmente, armonías melódicas, pero cuando tocamos, conectamos al instante con el público. Se nota que todo el mundo está realmente metido en el concierto. Ha sido una respuesta mucho más entusiasta de la que hemos recibido en otros sitios”. En esta extensa gira (que pasará por Madrid, Granada, Santiago de Compostela, Sevilla, Murcia, Vilanova i la Geltrú), prometen, sonarán nuevos temas y algunas versiones, “nos divierte mucho hacerlas y creemos que al público también”, entre las que barajan atreverse con alguna española: “nos encantan Los Brincos y pensamos que, realmente, deberíamos hacer ‘Mejor’ en los conciertos”. The Lemon Twigs, el anacronismo que mantiene vivo el sueño del rock and roll.

 

 

GIRA ESPAÑOLA THE LEMON TWIGS 2025
22 junio – Ciclo Maresía, Sala Capitol, Santiago de Compostela
26 junio – Sala Malandar, Sevilla 
27 junio – Degusta Fest, Granada

28 junio – Las Noches del Malecón, Murcia

4 julio – Vida Festival, Vilanova i la Geltrú

5 julio – Blockparty, Madrid