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Bessie Smith

Bessie Smith, la emperatriz del blues libre y feminista

La autenticidad y confianza con las que hablaba de pobreza y racismo ponían voz a una comunidad negra que vivía silenciada

 

PALOMA HERNÁNDEZ MATELLANO

Allí donde el respeto era para los blancos, Bessie se lo ganó. Donde la música era cosa de hombres, Bessie la hizo suya también. Donde las mujeres no tenían voz, Bessie se la dio. Allí donde el matrimonio era sagrado y la homosexualidad pecado, Bessie Smith fue libre. Y todos un poco con ella.

Quien ahora es mundialmente conocida con el sobrenombre de “la Emperatriz del Blues” empezó, como tantos otros en la historia, actuando en la calle por algo de dinero. Nacida en 1894 en Chattanooga (Tennessee), Bessie Smith quedó huérfana a muy corta edad y se vio obligada a ganarse la vida por sí misma desde muy joven. Dedicarse al entretenimiento en aquella época era probablemente de las profesiones más dignas a las que podía acceder la población negra y, por suerte, Smith tenía talento para ello. Siguiendo el camino que había iniciado Ma Rainey, Bessie plasmó sus raíces en cada canción, expresando en ellas las esperanzas y frustraciones de toda una generación afroamericana. La autenticidad y confianza con las que hablaba de pobreza y racismo ponían voz a una comunidad negra que vivía silenciada, y que recibía la música de Smith con los brazos abiertos.

Recorrió decenas de bares y teatros de los Estados del sur con espectáculos que aunaban canciones, bailes y representaciones teatrales y humorísticas, convirtiéndose en una de las máximas referentes del vodevil estadounidense. A principios de los años veinte se trasladó a Philadelphia, donde Columbia Records apostó por su talento. Una vez alcanzado ese reconocimiento, la experiencia de tantos años desenvolviéndose en toda clase de escenarios, cantando sin micrófono y teniendo que cautivar al espectador solo con su presencia hicieron de Bessie Smith una artista sólida y segura de sí misma.

Referente en los comienzos del blues, Smith grabó cerca de doscientas canciones en los escasos diez años que duró su carrera con Columbia, y su primer sencillo ‘Downhearted Blues’ (escrito también por dos mujeres) fue un auténtico superventas en 1923. Aunque sus primeras grabaciones consistían tan solo de su potente voz y un acompañamiento al piano, más tarde trabajó con pequeños grupos de instrumentistas y músicos del nivel de Coleman Hawkins, Benny Goodman y Louis Armstrong.

La necesidad de emigrar del campo a las ciudades, donde debían ganarse la vida de forma independiente, brindó a las mujeres negras de principios del siglo XX la posibilidad de experimentar social y sexualmente. Así, y rompiendo con todos los esquemas del puritanismo estadounidense, Bessie Smith cantaba sobre mujeres liberadas, autosuficientes y que ya no creían en ese amor que todo lo puede. Criticaba, con cierto grado de ironía, la concepción blanca del matrimonio como algo eterno, y los llantos de desamor los convertía en llamamientos a la autoestima y el empoderamiento femenino (“El próximo hombre de mi vida tendrá que prometer que será mío, ¡todo mío!”, entonaba en su primer sencillo).

En los círculos en los que se movía la población afroamericana no había tabúes ni censuras, y así Smith triunfaba cantando letras que hablaban con total franqueza de lo que las mujeres querían, necesitaban y aborrecían. Puso sobre el escenario temas como la violencia de género y la libre sexualidad femenina, abanderando un nuevo modelo de mujer que tendría el control de su vida y su cuerpo.

En una sociedad racista, machista y homófoba, Bessie Smith también se convirtió en una de las primeras artistas que abordaban el lesbianismo con naturalidad, permitiendo que muchas mujeres que vivían su sexualidad en secreto se identificaran con sus letras al escucharla en bares y clubes de jazz. Fue revolucionaria y pionera del blues, el feminismo y la lucha por la libertad sexual, como bien evidencian sus versos en ‘Young Woman’s Blues’: “No hay tiempo para casarse, no hay tiempo para asentarse / Soy una mujer joven y aún no he acabado de andar libre por ahí”.

Tras una década plagada de éxitos, en 1929 Smith hizo su única aparición en cine para la película St. Louis Blues, y dos años más tarde Columbia terminó el contrato con ella. La Gran Depresión y la proliferación del swing, un estilo de jazz al que acabaría sumándose, pusieron fin a su carrera discográfica, aunque su música todavía tenía mucho futuro por delante. Bessie Smith falleció en 1937 a causa de un accidente de tráfico, pero su voz y su blues influenciaron a grandes artistas que van desde Billie Holiday y Janis Joplin hasta Amy Winehouse, y su legado en la lucha por la igualdad de género y la libre sexualidad femenina es incalculable.