TOP

Megadeth: controversia y pluralidad en el trash metal

Una vez celebrado el Rock Fest en Barcelona y el Resurrection Fest en Viveiro, la oferta de hard-rock/metal este verano ya se reduce al Leyendas del Rock, que se celebrará en agosto en Villena, Alicante. Como cabeza de cartel para esta cita: Megadeth. Tras una dilatada carrera de más de 30 años resulta inevitable reflexionar sobre Dave Mustaine. ¿Qué hubiera sucedido si el guitarrista no hubiera abandonado Metallica a principios de los 80?

Como la mayoría de aficionados al trash metal saben, Mustaine fue miembro de Metallica durante la producción de su primer disco, siendo reemplazado por el actual guitarrista, Kirk Hammett, antes de que el álbum fuera lanzado. El motivo de este divorcio fueron las tensiones generadas en la banda fruto del consumo abusivo de alcohol por parte de Mustaine. Muchos de los temas de Kill ‘Em All son de su producción, de hecho, The Four Horsemen realmente es el tema Mechanics presente en el primer trabajo de Megadeath con un ritmo y letra distintos.

La capacidad musical de Dave es innegable, sin embargo su modo de vida le llevó a ser invitado a abandonar el grupo. Lejos de renunciar a sus costumbres y centrarse en otras prácticas, Mustaine decidió fundar otra banda que superara a Metallica con su ideología por bandera. Sin pretender animar a músicos que se inician en el mundillo a dedicar su vida a la botella, puede que este sea uno de los casos en la historia de la música en el que el uso de las drogas puede llegar a considerarse bueno. Al contrario de ansiar esta versión de Metallica, en mi opinión es necesario darle valor a la existencia de ambos grupos por varios motivos.

En primer lugar, dos bandas sobre la mesa producen el doble de contenido musical que una, lo cual siempre es positivo para el oyente. Cuanta más oferta mejor nos conocemos a nosotros mismos en cuanto a gustos y más sencillo será la búsqueda de nuevos grupos de nuestro agrado. En segundo lugar, Megadeath y Metallica conforman la mitad del llamado Big Four, que se completa con Anthrax y Slayer. Es muy probable que sin la existencia de Megadeath el trash metal no se hubiera desarrollado tanto, siendo ahora uno de los géneros más prolíficos en el metal. Su influencia en cientos de bandas posteriores es indiscutible.

Por último, a pesar de encontrarse a la sombra de Metallica en muchos aspectos, Megadeath se ha logrado hacer con un puesto importante en la música, resultando incluso un grupo de gran controversia por episodios como el de la cover de These Boots, denunciada en repetidas ocasiones por Nancy Sinatra y Lee Hazlewood; su portada de Peace Sells en la que se puede apreciar la embajada de la ONU en ruinas o directamente sus letras. Encontramos ejemplos polémicos similares con Iron Maiden y la portada de su primer disco, en la que aparecía Margaret Thatcher siendo apuñalada, o con los Beatles y las declaraciones de John Lennon sobre ser más importante que Jesucristo. A veces, un poco de controversia siempre viene bien para seguir creciendo.

El mismo que escribe tiene que reconocer que, tras gran parte de su vida escuchando Metallica, ha descubierto Megadeth hace relativamente poco. Después de escucharles lo suficiente como para formarme un criterio, no entiendo cómo, en vez de disfrutar de ambas bandas, los fans de cada una se enzarzan en una estúpida guerra para defender cuál es mejor. La música no es fútbol y me gustaría pensar que nosotros tenemos más cerebro que sus forofos.

Lo mejor que puede hacer este tipo de gente y, en general, cualquier melómano esnob es cerrar el pico y escuchar la música que le guste y mirar más allá de su nariz para enriquecer sus gustos musicales. Evidentemente, no sabemos que habría sucedido si Mustaine hubiera seguido siendo miembro de Metallica, pero son ejemplos como éstos los que nos demuestran que la diversidad en cualquier ámbito siempre es positiva. Larga vida a la pluralidad.